Tikal, La Antigua y Cartagena, fueron indudablemente los lugares indispensables de todo este viaje. Si me pusieran a alegir entre La Antigua y Cartagena, sin dudas elegiría a la segunda. Cartegena, por heroica, por vital, por graciosa, alegre e indescriptible. Por su historia. Rondand los 500 años de antigüedad, esta valiente ciudad hizo frente a los más adversos ataques.
Corsarios enviados por la corona inglesa, franceses y hasta los mismos españoles atacaron una y otra vez a esta estratégica ciudad. Tantos ataques se debieron a que Cartagena iba a parar todo el oro recolectado en este Virreinato, para luego ser enviado a España. Digamos, todas las riquezas concentradas en un mismo lugar.
De esta manera surgió la decisión de amurallar la ciudad al mismo tiempo que se construía el castillo de San Felipe a modo de fortaleza militar. Dos obras de ingeniería militar que terminarían de definir la personalidad de esta joyita de América.