Resulta que en Chile es costumbre ponerle sobrenombre a cuanto amigo se tenga. O sea, en Argentina, en Colombia... en todos los países la cosa debe ser parecida. Pero acá la cosa tiene un condimento extra: un poquito de malicia sumado a un buen sentido del humor, que les otorga una buena capacidad, pera reírse de la propia desgracia y de la ajena.
Para graficar, más 31 minutos!.
Espero les guste
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